Con faltas ortograficas, pocos acentos i otras aberraciones .
Tarde de fiesta.
Feliz de no tener que carretear apaticamente mi cuerpo durante toda una fatigante jornada laboral me tumbo en el sofá.
Dormito. Engullo yogurts y otras porquerias delante el infatigable parpadeo de mi fiel televisor.
Sumergido entre cojines levito en comunión con mi dios, mi paz.
Horas y horas rebolcandome en un viaje quien sabe donde conducido por mi totem.
Cultivo con constancia diaria esta pasión desbordante.
Con fidelidad religiosa.
En los dias laborables dedico unes cuantas horas a mi litúrgia. Pero en los dias festivos es cuando voy a misa de catorce a doce.
No hay pereza ni escusas para este sagrado rito .
Ya de pequeñin permanecia junto a mis hermanos genuflexo alrededor de aquella ventana al mundo.
Quien buscaba o queria el mando a distancia preguntava quien poseia ” El Poder”.
El afortunado se sabia estar acariciando entre sus dedos el timón de la navegación mental de todos los demás.
Crecimos junto a aquella caja mágica i de su poder.
Primero en blanco i negro vimos desde la llegada del hombre a la luna al anuncio de la muerte del dictador.
Poco después , ya en color , vivimos mil y un acontecimientos vitales al calor de su luz.
Mis ojos siguen tan fielmente como entonces aquel punto de luz veloz que trazava seiscientas veinticinco lineas entrelazadas en una pantalla casi ovalada. La evolución deifica la han hecho más grande, plana i digital.
Ahora muevo mi dedo con fe ciega. Sabiendo que su luz ya no me faltará nunca. Ya no hay cartas de ajuste ni VHF’s. Ahora és la gloria del señor full time.
Incansable escruto entre los botones de mi poder al encuentro de unas imagenes que anulen un nuevo impulso de pulsar nuevamente el botón.
Encadeno infinitos cambios de canal configurando un mundo que me atrapa en su luminiscencia.
Ejerzo mi máximo ejercicio de libertad.
Elijo libremente entre todas las opciones que me ofreze.
Engullo infatigable de lo que considero la mejor elección.
Embutiendo hora tras hora dentro de mi mente un macramé de imagenes, de historias ordenadas por el capricho de mi dedo .
Dedo ejecutor de mi gran poder de digital libertad.
Olvido entonces mi cotidaneidad, mi realidad inmediata,. Me adentro entre los distintos personajes y situaciones que me ofreze mi gran tótem
Acabo viviendo en las emociones de las historias que veo.
Palpitando al calor de su bombardeo.
Enriqueziendo mi vida emocional en esta sublime conducta.
Respiro, sueño, en un lugar quizas cada vez más irreal pero….
…El ruido intermitente del movil me devuelve al mundo de los mortales.
El maldito nuevo totem.
Fuente de herejes a la verdadera religión donde la gente pia, gorgotea i se vaja cosas del interné.
Intento incorporarme un poco i acercar el brazo a la mesilla para cambiar un momento de un poder a otro.
Pero mi estado mistico-metabolico-acartonado me lo impide.
El parpadeo incansable de colores absorbe y osciladamente ilumina toda la estancia.
Se sigue administrado el sacramento.